Oh día eterno, oh día deseado,
Te espero con anhelo e impaciencia.
Ya dentro de poco el amor soltará el velo,
Y tú te volverás mi salvación.
Oh día esplendido, momento incomparable,
En que veré por primera vez a mi Dios,
Esposo de mi alma y Señor de los señores,
Siento que el temor no abrazará mi alma.
Oh día solemnisimo, o día resplandeciente,
En que el alma conocerá a Dios en su poder,
Y se sumergirá entera en su amor,
Y conocerá que han pasado las miserias del destierro
Oh día feliz, oh día bendito,
En que mi corazón se incendiará de ardor eterno hacia Ti,
Porque ya ahora Te siento, aunque a través del velo,
Tu, oh Jesús, en la vida y en la muerte eres mi éxtasis
y encanto.
Oh día, que espero durante toda mi vida.
Y Te espero a Ti, oh Dios,
Ya que deseo solamente a Ti,
Sólo Tu estás en mi corazón y lo demás es nada.
Oh día de delicias, de eternas dulzuras.
Oh Dios de gran Majestad, Esposo mio,
Tu sabes que nada satisface el corazón de una virgen,
Apoyo mi sien sobre Tu dulce Corazón. (santa Faustina)
Mi corazón es Todo para Ti, Jesús, y con cada latido de mi corazón deseo adorar Tu misericordia y conforme a mis fuerzas deseo animar a las almas a confiar en esta misericordia, Mi corazón es Tu morada Oh Rey de eterna gloria, Gobierna en mi corazón y reina en él como en un magnifico palacio.
Santa Madre de Dios ruega por nosotros.
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